Trabajo decente es un concepto elaborado por la OIT en 1999 con el fin de atender la situación vivida por los trabajadores durante la década de los 90. Este concepto ha cambiado con el pasar de los años.
En una primera instancia, el trabajo decente se caracteriza por: ser productivo, seguro y con un ingreso adecuado; contar con protección de los derechos laborales y protección social; carácter tripartito y de diálogo social.
Con la globalización y el desarrollo de la 4ta revolución industrial, se comienza a vincular la noción de trabajo decente con la de formación profesional(FP). Surge la noción de FP como derecho humano fundamental, es decir, un derecho que todo ser humano posee por la sola condición de serlo, y con ello los esfuerzos para lograr que todos los actores (gobiernos, sindicatos y empresarios) cooperen para el cumplimiento del mismo.
El trabajo decente y la FP trae beneficios para todas las partes involucradas. Por sólo nombrar algunas:
- Trabajadores: mayor empleabilidad, mejores condiciones laborales, mayor remuneración.
- Empresarios: Incremento de la productividad, disminución de la rotación del personal, generación de seniority y liderazgos.
- Gobiernos: incremento en los índices de alfabetización, disminución del desempleo, incremento del nivel de vida de los habitantes.